La Finlandia de España

 Pese a la mala fama que tiene la educación en España, los datos de Castilla y León en los informes Pisa se encuentran por encima de la media de la OCDE y, en especial, del resto de comunidades autónomas del país. Y es que la desigualdad existente entre los contenidos impartidos en cada comunidad es evidente. La exigencia de Castilla y León da lugar a alumnos con amplios conocimientos, pero también puede ser responsable de la alta tasa de abandono escolar que se produce en la comunidad, exactamente el 21% de los alumnos no consiguen el graduado en Educación Secundaria Obligatoria. Una técnica innovadora pero que pueden llevar a este fracaso son los programas de bilingüismo. Más de 500 centros imparten ya este tipo de educación, lo cual es gratificante pero puede complicar sus asignaturas y llevar al desastre a más de un alumno.

Si tenemos en cuenta los factores económicos, Castilla y León posee unos mejores resultados de los que le debería corresponder. Pero parece ser que el dinero empleado en la educación ha sido bien destinado, ya que se ha invertido en diversos factores como puede ser en el transporte escolar, facilitando la llegada de alumnos pertenecientes al medio rural. Esta inversión no quita lugar a que, en la España vacía, se estén cerrando colegios y muchos otros se encuentren en peligro. Esta situación es compleja, y más aún cuando en Castilla y León ha existido una gran concienciación con la educación años atrás, anteponiéndose la apertura de un colegio en zonas rurales frente a, por ejemplo, un juzgado.

Además, para favorecer el descenso del abandono escolar se apuesta por la equidad, no dejar a nadie atrás, reforzando a los alumnos y los centros con resultados desfavorables. Centros como estos pueden ser los llamados centros gueto, formados prácticamente en su totalidad por familias socialmente vulnerables en los que los resultados académicos son muy pobres. Se pretende que estos centros cuenten con más recursos materiales y docentes. Uno de estos recursos materiales pueden ser los libros de texto. En Castilla y León ya son 67000 alumnos los que se benefician de este programa, aunque en esta medida no participan únicamente las ayudas públicas, sino que se cuenta también con la solidaridad de las familias.

España no es un referente a nivel europeo. No obstante, siguiendo los pasos de Castilla y León en los últimos años, el resto de comunidades pueden llegar a impulsar la situación educativa del país.